Las principales teorías de motivación: 3) El modelo X-Y de McGregor

Las principales teorías de motivación: 3) El modelo X-Y de McGregor

Douglas McGregor (1906-1964) elabora en 1960 el modelo X-Y. En la teoría X, los trabajadores permanecen en las necesidades inferiores de Maslow y en sintonía con el pensamiento de Taylor mientras que, en la teoría Y, los operarios alcanzan los niveles superiores de la pirámide.

McGregor distingue dos actitudes opuestas de los trabajadores, vinculadas con dos tipos de gestión empresarial: uno jerárquico y basado en la subordinación (teoría X) versus otro estilo más participativo y con la toma de decisiones descentralizada (teoría Y). Así, de forma resumida, los operarios, en la teoría X:

  • Rechazan intrínsecamente el trabajo y la asunción de responsabilidades
  • Necesitan de control externo y de una dirección punitiva
  • Se preocupan solamente por conservar el puesto
  • Prefieren ser dirigidos a tomar decisiones

Por contra, en la teoría Y:

  • Aspiran a tener una mayor responsabilidad y a asumir nuevos retos
  • Quieren llevar a cabo actividades creativas fruto de un esfuerzo mental
  • Están orientados a resultados y tienen expectativas crecientes

De este modo es probable que, en una organización de la vieja escuela bajo el “ordeno y mando”, tengamos a los operarios en contra, mientras que si la empresa evoluciona hacia un escenario más participativo, los operarios estarán más a favor. Este modelo dual permite llegar a las siguientes conclusiones:

  • Los trabajadores no son pasivos o resistentes por naturaleza sino que lo serán en función de las experiencias adquiridas en la empresa. La motivación, el potencial de desarrollo y la disposición para alinearse con las metas empresariales existen en todas las personas
  • Los gerentes deben promover una estructura organizativa y unas condiciones laborales adecuadas para que los trabajadores puedan desarrollar conductas corporativas. La motivación depende, en buena parte, de la propia empresa

Podemos pensar también en aplicar este modelo X-Y a la mejora de procesos. De este modo, habría una reingeniería más de «mano derecha«, como, por ejemplo, el ejercicio de métodos y tiempos taylorista, y otra más de «mano izquierda» que pasa por un modelo más participativo, con menos niveles jerárquicos, que posibilite a los operarios una mayor autonomía y el acceso a la toma de decisiones.

La metodología Lean bien entendida debería estar en un punto intermedio: la estandarización y el control son necesarios pero no deben ir en contra del empoderamiento y la creatividad del trabajador.

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Jordi Planelles administrator

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