Más principios Lean: 2) Nivelación. d) Takt-time en procesos automáticos

Más principios Lean: 2) Nivelación. d) Takt-time en procesos automáticos

La adaptación del ritmo de producción a la demanda es mucho más sencillo en procesos manuales donde se puede jugar con el número de personas para equiparar la capacidad de producción al takt-time.

En este caso, las únicas restricciones pueden venir por limitaciones en la infraestructura o algún medio de producción que pueda ser cuello de botella. También hay que tener en cuenta la ley de rendimientos decrecientes, según la cual el incremento de operarios, manteniendo la productividad constante, tiene un límite, que en una línea de producción puede el espacio físico disponible ya que excesivas personas terminarían por molestarse entre sí.

En cambio, cuando el ritmo lo marca la máquina, la principal variable de la que disponemos para adaptarnos al takt-time es el número de turnos. Pongamos un ejemplo: un takt-time de 40 segundos, es decir, una velocidad de 90 piezas/hora. Supongamos que el cuello de botella de nuestra línea tiene una velocidad máxima de 180 piezas/hora. Con estos datos, se nos abren dos posibles claras alternativas: producir dos turnos a takt-time o producir un turno a máxima capacidad.

Siguiendo los preceptos Lean, habría que bajar la velocidad de la máquina y respetar el takt-time. Sin embargo, parecería más lógico aprovechar el potencial de la instalación, completar la producción en un solo turno y ahorrar costes indirectos. Otras consideraciones que debemos tener en cuenta son que, a mayor velocidad:

  • Mayor número de operarios, si bien en una relación no necesariamente proporcional
  • Menor eficiencia, al llevar a la máquina más al límite pudiendo generar más averías y micro-paros
  • Mayores mermas, incrementándose los costes de no calidad

Todo ello nos conduce a encontrar la configuración más productiva midiendo las piezas/hora OK reales dividido por el número de operarios en ambas alternativas.

Bien podría suceder que nos saliera más a cuenta trabajar dos turnos a 90 piezas/hora con una mayor eficiencia y un menor número de operarios. Llegados a este punto deberíamos analizar hasta donde podemos subir la velocidad sin penalizar la eficiencia ni necesitar más MOD.

Imaginemos que podemos llegar hasta 100 piezas/hora con las mismas personas. Al ganar un 100/90 = 11% de productividad se nos abren las siguientes posibilidades: prescindir de un turno a la semana o aprovechar ese tiempo adicional para realizar tareas de limpieza, preventivo, autocontroles de calidad, etc.

En este último caso habría también que definir si trabajar a 100 piezas/hora, cortar la producción y realizar las tareas a final de turno o trabajar a 90 piezas/hora y aprovechar la insaturación equivalente de los operarios para realizar las tareas durante el turno. Se trataría de probar las distintas posibilidades y ver con cuál obtenemos mejores ratios productivos.

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Jordi Planelles administrator

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