Acciones para mejorar la satisfacción del trabajador

Acciones para mejorar la satisfacción del trabajador

En nuestra reingeniería deberíamos contemplar algunas de las siguientes medidas para los trabajadores:

  • Mejorar sus condiciones de trabajo a nivel de calefacción, aire acondicionado, iluminación, hilo musical, etc.
  • Proveer los medios y herramientas adecuadas para que puedan trabajar de una forma más ergonómica y eficiente
  • Arreglar problemas crónicos de las máquinas que no permiten trabajar en condiciones y que suponen un sobreesfuerzo constante
  • Disponer de un canal de comunicación directo con la dirección y mecanismos de participación, tipo sistema de sugerencias
  • Hacer partícipe al trabajador en reuniones periódicas de trabajo con personal de niveles superiores para que puedan expresar sus opiniones
  • Trabajar integrado en un equipo multidisciplinar, de tal modo que no se sienta abandonado a su suerte sino apoyado por los demás compañeros
  • Trabajar con indicadores en tiempo real, de tal modo que pueda tener una rápida retroalimentación de cómo está haciendo su trabajo
  • Publicar en un tablón informativo los ratios de productividad o eficiencia por máquina o línea, para reconocer (y premiar) el trabajo de los operarios con mejores resultados
  • Plantearles nuevos retos. Formarles según las necesidades empresariales y sus preferencias personales

A través de mejoras de este tipo enfocadas en el trabajador se conseguirá mejorar su implicación y, a su vez, la productividad de forma progresiva.

Pueden existir por parte de los mandos reticencias a la participación por considerar el desarrollo de los trabajadores una concesión excesiva y una pérdida de control e influencia o, directamente, por una falsa creencia de que los operarios son personas sin juicio suficiente cuando, si bien no tienen estudios superiores, disponen de un muy notable conocimiento técnico y práctico.

Otro argumento habitual es la improductividad de los mecanismos participativos al empezar los operarios con todo tipo de reivindicaciones que no vienen al caso. Por ejemplo, no parece que arreglando la ducha de los vestuarios vaya a mejorar la productividad de la línea, pero si repercute en la satisfacción del trabajador quizás tiene más impacto del que pudiera parecer a priori. Además, es de sentido común tener el taller en buen estado y, en la medida de lo posible, no generar un agravio comparativo excesivo con las condiciones de la oficina.

La implantación de este tipo de medidas tiene, evidentemente, muy buena acogida en el trabajador y, en el peor de los casos, aunque no se lograra una mayor implicación, la empresa dispondría de mucha más autoridad moral para pedir un esfuerzo extra o determinados favores como cambios de turno, horas extra, etc.

Al final, todo puede ser tan sencillo como apelar al diálogo. La mayoría de las personas tienen buena voluntad y atienden a razones. La normalidad de un escenario colaborativo es preferible en cualquier caso.

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Jordi Planelles administrator

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