La aplicación de los principios Lean es sucesiva. De hecho, la eliminación del no valor añadido lleva irremediablemente a la creación de flujo, que supone la conexión de operaciones de valor añadido.
Para que ello sea posible, debido a que la producción debe ir a una determinada cadencia, por pura limitación de espacio, el producto debe avanzar al puesto siguiente.
El flujo contiene pues estas dos ideas: la integración de procesos y el procesamiento contínuo del producto en curso que, en casos de alta producción, lleva al movimiento del producto en una línea de montaje.
La línea de montaje supone una evolución respecto:
- Un puesto fijo donde el producto no se mueve y sí las personas alrededor suyo
- Un puesto aislado donde el producto se procesa en lotes, de tal modo que, una vez terminado, el lote debe ser transportado al siguiente puesto
En una línea, en lugar de las personas, se mueve el producto y éste se procesa uno a uno. Es decir, en lugar de hacer una misma operación a varios productos (lote) se realizan todas las operaciones a un producto (lote unitario).
Obviamente, en una línea de producción esto no es exactamente así ya que antes de terminar las operaciones al producto N+1 ya se ha empezado a procesar el producto N en el puesto anterior.
Hay que tener en cuenta que existen dos variantes del concepto “lote”, que podemos llamar:
- Tipo 1: realizar una misma operación a varios productos
- Tipo 2: procesar una misma referencia sucesivamente
En Lean tratará de minimizar ambos tipos de lotes, es decir:
- Procesar los productos uno a uno (para superar el lote tipo 1)
- Ser capaz de procesar un producto y, a continuación y sin interrupción, otro distinto en líneas de producción mezclada (para superar el lote tipo 2)
Lo primero se resuelve con la configuración en línea, lo segundo requiere de máxima flexibilidad de las máquinas y en algunos procesos será imposible e incluso absurdo llegar a un lote tipo 2 unitario.
El flujo persigue una configuración en fábrica llamada “flow-shop” que consiste en líneas formadas por las distintas máquinas de las distintas fases productivas, en oposición a la configuración clásica “job-shop” donde la fábrica es una suma de secciones separadas por almacenes intermedios. En una línea, el producto en curso pasa uno a uno por cada fase, como un río que sigue su curso.
A tener en cuenta que si bien el símil hidrográfico es bueno para representar el flujo, no sería tan aceptable como icono de la metodología Lean puesto que un río funciona “Push”, contradiciendo el siguiente principio.
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