Por su propia publicidad, el Lean se vende como un sistema rupturista con las formas de fabricación tradicional. ¿Es esto realmente así?
En parte sí y en parte no. Buena parte de los principios Lean son una herencia de metodologías anteriores como el taylorismo o el fordismo. Por este motivo fundamental y también porque el sistema de Toyota se empieza a desarrollar en los años cincuenta, no es muy serio, a estas alturas, vender el Lean como algo innovador.
Así pues, no es muy prudente presentarse en una determinada compañía y decir que hay que empezar a aplicar el Lean ya que la inmensa mayoría de las empresas ya habrá puesto en práctica buena parte de sus principios y herramientas aunque sea bajo otras siglas.
Más que un método exclusivo, la realidad es que el Lean ha terminado siendo el estadio final al que ha llegado la reingeniería de procesos con una recopilación de todo lo que ha dado de bueno la disciplina desde sus orígenes. Y ahora algunos pretenden ir más allá con Lean 6-Sigma, World Class Manufacturing, Agile Manufacturing, etc. Tendrán alguna vuelta de tuerca más pero siempre siguiendo una misma línea evolutiva.
Vamos a replantear la pregunta de otra forma: al implantar medidas Lean, ¿estamos aplicando el sentido común o quizás vamos en su contra y, por lo tanto, haya revertir las prácticas habituales?
Nuevamente, no se puede responder de forma categórica. En realidad, el Lean, lo que más tiene de sentido común es lo que hereda del pasado. En cambio, la reducción de los lotes de producción para una máxima flexibilidad puede resultar contrario a lo que estamos acostumbrados, es decir, el JIT, la aportación fundamental del Lean, en realidad, no responde a la lógica tradicional.
El Lean propone pues recorrer ese camino menos intuitivo pero de forma progresiva con una mentalidad de mejora continua real, es decir, que el nuevo diseño que se plantee va a tener que demostrar económicamente que sus resultados son mejores que la situación de partida, si no, hemos trabajado en balde.
El verdadero sentido común es pues la mejora del proceso y algunas medidas Lean podrán resultar poco corrientes, pero en ningún caso deben resultar poco rentables.
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